Los vehículos aéreos no tripulados, o drones, pueden abaratar los costes de mantenimiento de los parques eólicos, incrementando su competitividad frente a las energías procedentes de combustibles fósiles.
El primer cuatrimestre del año deja un saldo positivo en relación a la industria eólica. Y es que la energía procedente del viento ha logrado cubrir un 26 % de la demanda energética de los españoles. Esta cifra récord, sumada a los datos de producción de la hidráulica y nuclear, ha supuesto una reducción del 34 % del CO2 generado por el sector eléctrico y una caída del 36,5 % de su precio. Son los datos publicados por la Asociación Empresarial Eólica, que destaca el beneficio que supone, para toda la sociedad española, la buena salud del sector durante este primer tercio del año.
A pesar de la paralización que ha vivido el sector e犀利士
n España desde la reforma energética, durante los próximos años, la energía eólica jugará un papel determinante a la hora de cumplir los acuerdos adquiridos en la Cumbre del Clima de París, cuyo propósito es el de mantener el incremento de temperatura propio del calentamiento global por debajo de los 2º.
En su lucha por la eficiencia, a la energía eólica le ha surgido un curioso aliado. Y es que los Unmanned Aerial Vehicle (UAV), o “vehículos aéreos no tripulados”, pueden contribuir a la reducción de costes de mantenimiento de las turbinas en los parques eólicos.
La eólica, una energía cada vez más rentable
Las energías limpias están siempre sometidas a escrutinio. Se suele argüir que las renovables dependen demasiado de las subvenciones estatales, y que en definitiva son poco eficientes comparadas con las energías extraídas a partir de combustibles fósiles.
Sin embargo, algunos datos contradicen estas objeciones. Las subvenciones estatales a los consumidores de combustibles fósiles fueron casi 6 veces mayores que las destinadas a financiar el sector de las renovables en el año 2010.
Por otro lado, los procesos de producción de energías contaminantes no siempre son más rentables económicamente. Según el Ingeniero Eduardo D’elía, la entrega de energía de un parque eólico es casi 4 veces mayor que la de una planta de fracking, durante los 6 años de vida útil del pozo. En términos absolutos, la eficiencia es mucho mayor, si se tiene en cuenta que las turbinas eólicas de un parque pueden estar en funcionamiento hasta 30 años.
La energía eólica es un claro ejemplo de industria en la que el desarrollo tecnológico ha reducido los costes aumentando así su eficiencia. Solo durante entre el 2005 y el 2011, el coste de la eólica se redujo en un 45 %. Y la tendencia a la baja continúa.
Los drones reducen los costes de mantenimiento de los parques eólicos
La mayor parte de los costes de la energía eólica se corresponden con la inversión inicial. Pero las labores de mantenimiento pueden suponer hasta un 5 % del valor total del parque, lo que supone mucho dinero.
Parte importante de esas tareas de mantenimiento consisten en revisiones visuales que los técnicos deben realizar, subiendo a lo alto de los aerogeneradores para inspeccionar el estado de las palas. Es un proceso peligroso, lento y costoso. En resumen, es poco eficiente.
Una alternativa mucho más económica consiste en que un operario pilote un dron por control remoto desde tierra, mientras la cámara del avión no tripulado capta imágenes de alta resolución para evaluar el estado de los aerogeneradores. Este es el servicio de vanguardia que ofrece Pro-Drone, start-up vinculada al programa Highway de KIC Innoenergy.
El uso de drones para inspecciones técnicas de edificios, plantas energéticas, etc., ya ofrece resultados en diversos países, como en EE.UU., y se está generando una industria alrededor de estos ingenios aéreos. Pero todavía queda mucho por recorrer, y las experiencias han sido, a menudo, deficientes.
En Pro-Drone han querido dar un salto cualitativo y ofrecen un servicio innovador, no solo por usar vehículos aéreos no tripulados, sino por llevar la tecnología de imagen, de procesamiento y de almacenamiento de datos a un nivel superior.
Así, algunas de las características más asombrosas de los aviones no tripulados de Pro-Drone son:
- Un sistema de pilotaje automático propio, basado en la tecnología LIDAR, que permite a los drones alinearse perfectamente con las palas del aerogenerador.
- Una gran resolución, capaz de captar detalles de las imágenes de tan solo la décima parte de un milímetro.
- Un sistema de reconstrucción de imágenes en mosaico que funciona en 2D (y que se espera que pronto esté disponible en 3D), que servirá para buscar defectos, daños en las estructuras, etc., y elaborar un informe completo con los datos recolectados en cada inspección.
Las inspecciones técnicas con drones permiten revisar, en unos pocos minutos, lo que un operario necesitaría horas para comprobar, reduciendo drásticamente el tiempo, y con él los costes. Contribuyendo a aumentar la eficiencia de la energía eólica.
Ahora es más fácil velar para que estos gigantes continúen, con sus aspas, moviendo el mundo entero.